viernes, 5 de febrero de 2010

Starbucks Fellini



Desde sus amplias cristaleras veía la dolce vita pasar. "Los sonidos del mundo -solía decir ella- se oyen mejor desde aquí, aislados por este grueso y alegre cristal que nos convierte en eternos espectadores, de este espectáculo sonoro, inodoro y voluble".

Como las gafas oscuras de Marcello Mastroiani, quedaba exiliada del mundo, tras las amplias cristaleras que mostraban el incierto mundo. Allí rodeada, sola, muda, expectante, pensaba: "Sería mejor arder y ser libres".

2 comentarios:

Sabina dijo...

me moria en verdad por que publicaras algo : )
y me ha gustado mucho, sobre todo el final. un abrazo para ti.

Matador dijo...

Jejeje, pues muchas gracias de verdad, compañera bloggera. Otro gran abrazo para ti.