miércoles, 24 de febrero de 2010

Sinfonía inacabada

Las sábanas sabían a caramelo y ruinas.
Saboreándote como a un Werther's Original,
escuché por penúltima vez gemir a Chopin bajo las aguas.
Para qué seguir leyendo más
si tú eres toda la literatura.

Viajemos a la nada
bajo un cielo hosco
y unos árboles sin vida.
Disfrutemos de nuestras últimas horas juntos,
Es muss sein!
Que el cauce de las tormentas
sólo nos durará unos cuantos, pocos, siglos.
Paremos el tiempo. Que se pliegue
ante nosotros, pues somos solo uno:
el mundo y su latido.

Lo demás no importa,
el agua, los poemas,
la brisa mortal en los ojos de Friedrich.
Porque ayer devoré las cenizas,
mi amor inmortal,
hace ya un millón de piedras.
Y no lloraré esta vez.

Que lo haga Wagner,
ahorcado de un abismo gótico,
que se muera de un ataque de nostalgias Goethe,
que yo ya tengo toda mi literatura
y si es necesario
suicidaré todas mis óperas,
mientras doy jaque mate
a la tristeza, al fin,
quizás.

3 comentarios:

Jesús dijo...

Se cayó el hombre de la montaña que miraba hacia el horizonte, se cayó, no, se tiró.

Porque a él le gustaba tirarse desde altas montañas para recoger panaceas más baratas que las potentes e inacabables que tenía, pero en el salto, se olvidó de coger su bolsa llena de recuerdos, su bastón, su sombrero.

Buen viaje hijo de Friedrich.

Sabina dijo...

buenisimoo!! ""Es muss sein!"" wow, sin palabras.. tiene que ser! una brazo para ti.

Matador dijo...

Gracias amigos. Fuertes y sinceros abrazos para ambos.