Anochece más allá del Mediterráneo,
pero esto no es un cuento de Oriente.
Cuervos en tu boca nocturna,
piedras que te vomitan lágrimas.
Flotando en loto me arañas
llorándome tu calma en silencio.
El lecho de los mil y un orgasmos
ensordece en el último oriente
de tus cansados ojos,
de tus labios melancólicos.
Duermes en la almohada de piedra
sin saber que es testigo
muda de las mareas que nos cubren.
Abrazados
a la lámpara maravillosa
frotaremos nuestro último beso.
Sé que en el último jadeo tuyo,
de te quieros inefables,
todo habrá acabado.
Mil y un adiós.
Sólo te veré en mis sueños.
Hablas, orgullo.
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No tengo ganas de leer tanta poesía
de labios cansados de fracasar y
fracasar.
No tengo tiempo de pasarme la vida
pidiendo perdón por los errores
que tú t...
Hace 7 años
3 comentarios:
yo tengo mi mundo onírico.. por lo tanto.. cuando despierto a mis quimeras.. sueño en mis realidades..? en fin.. ¡aun respiras y escribes! es maravilloso. Besos.
Los cuentos y Oriente siempre nos hablan de noches encendidas, lechos de arena... para al final darnos una moraleja. La paciencia y la esperanza nos hacen tocar el agua del oasis.
Gracias amigos por vuestros comentarios.
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