Vista del amanecer en el laberinto. Decían que si tienes una biblioteca con jardín, lo tienes todo, pero Borges sigue arrancándose sus cuencas para poder ver el atlántico sur, hasta que se decide y recita una receta de cocina de la Pantoja como un mantra porteño. Entonces, el libro despierta en un ataúd llamado olvido o polvo.
María pasa la mopa por el Aleph sin ser descubierto su secreto. Mientras, suena en la tele el Diario de Patricia y en la lejanía de una habitación inexplorada el Ave María… de Bisbal.
Hablas, orgullo.
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No tengo ganas de leer tanta poesía
de labios cansados de fracasar y
fracasar.
No tengo tiempo de pasarme la vida
pidiendo perdón por los errores
que tú t...
Hace 7 años
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